¿Has sentido que te hicieron pedazos?

“Me tropecé con un árbol caído, 
sentí sus ramas mirándome, 
¿Es éste el lugar que solía amar?
¿Es éste el lugar con el que he estado soñando?”

¿Qué has sentido cuando estas hecho pedazos? Puedo imaginar enojo, decepción, ira, tristeza, frustración, desilusión, coraje. Puede ser mucho mas. 

He pensado en ello. Me ha pasado a mi y me ha tocado cruzarme con mas de una persona en una situación similar a la mía. Muy probablemente proveniente de la misma causa. 

Pensaba en cómo nuestras reacciones podrían ser similares, si la historia es similar, y el por qué si existen diferencias.  Siento empatía por cada una de ellas.

Considero que lo que sale de nosotros es lo que tenemos dentro. Ya sea por medio de nuestros actos, con letras o palabras.

Todo es válido y comprensible. Sólo nosotros mismos sabemos lo que estamos sintiendo realmente. Son nuestras emociones particulares. Muy nuestras.

La venganza es una tendencia común. Ante eso, pienso que es necesario apelar a sacar de lo mas escondido y profundo que se encuentren sentimientos como el amor. Buscar la paz interior. Conciliar con la aceptación. Autoconocimiento y responsabilidad. No considero que sea fácil. En absoluto.

Es mucho mas sencillo sacar las emociones negativas y aferrarnos a ellas que encontrar las positivas para llevar la situación de forma acertiva. La segunda requiere mas trabajo y esfuerzo.

Comprendo ese sentir; y la manera de responder desde lo negativo, o dañino.

Pienso: ¿Qué tan roto se puede estar para seguir soltandolo así?.

Buscar devolverlo, de cualquier forma posible; en forma de castigo, como venganza, con repudio, en forma de escarmiento, en rebelión, a manera de burla.

Todas tienen un impacto. Aunque dudo que sea el que en realidad buscamos. Quizá si provoquen lo mismo que estamos sintiendo nosotros en aquella persona. Pero hay que considerar que podría no tener ningún efecto.

De cualquier manera, no cambiará esas emociones que estamos exprimentando y que probablemente no saldran de nosotros mismos. Quizá después de eso, nos sentiremos igual, y el resultado podría ser desastroso.

Por momentos me siento una de esas personas. He sido una de ellas.

Comprendo. Empatizo; me siento alguien que tiene los sentimientos negativos a flor de piel, con ganas de que quien me dañó, lo pague. Las reconozco en mi.

También reconozco en mi que a pesar de cualquier cosa, me siguen emocionando las buenas noticias. Disfruto los momentos bonitos. Me gustan las cosas simples y sencillas. Me resuenan las risas. Sigo alegrándome al ver a dos personas que se aman honestamente.

Esas cosas me hacen tener fe y esperanza. Que sin necesidad de continuar una cadena de maldad, un dia despertaré y todo habrá cambiado. Las emociones negativas habrán desaparecido. Tarde lo que tarde. Dejaré de prestarle atención a lo malo y agradeceré porque lo bonito aún me toca.

Podemos ser cualquiera. Podemos ser paz o ser guerra. Podemos ser calma o ser caos.

Las personas, así como los sucesos y circunstancias, pueden ser aliados, o enemigos. Pero es inevitable que nos muevan y nos moldeen. El secreto debe estar en descubrir quiénes somos. Qué somos; si somos calma, o caos en el fondo. Tal vez podemos ser un conveniente equilibrio. Al final, aunque cualquier cosa o persona nos mueva. Todo se despeja. Y en algun momento deja de temblar.

Después de todo, sale el verdadero espíritu y esencia. Lo demás déjalo, son sólo momentos.

Esto es para ellas; las personas que pasaron lo mismo que yo. Y que no tenían las herramientas suficiencientes en ese momento para contener sus emociones y manejarlas de formas positivas. Para quienes se desbordaron y despúes se sintieron culpables.

Para los que se desquitaron, tal vez, con quien no debían. O se dañaron a sí mismos en el proceso. No pasa nada. Se aprende. Seguimos aquí. Y mientras tanto, aprendiendo. Aprenderas a cuidar de ti.

Les comprendo. A veces, también lo soy. También me hicieron pedazos.