La niña del disfraz de mujer maravilla

¿Si te preguntan tú quien eres? ¿Conoces la respuesta?

Hace años nació una niña de papás amorosos, jóvenes, con sueños propios y para su hija. Un papá ejecutivo y una mamá ama de casa. Dijeron que había llegado una luz a su vida. Se encargaron de que siempre lo supiera.

La vi especial desde pequeñita. Y eso le decían.

Ella hacía preguntas que no eran propias para su edad. Con una personalidad que llamaba la atención de todos. Destacaba en muchas cosas.

Desde el jardín de niños participaba en todos los concursos que podía, ya fueran deportivos o intelectuales. Acumulaba medallas y felicitaciones.

El día del niño, desfilaban con disfraces para celebrar. De lejos alcancé a ver a la niña vestida de mujer maravilla.

De entre todos los niños me llamó la atención verla con sus ojos cerrados. Yo pienso que soñaba sus aventuras con ese disfraz. Abrió los ojos cuando su maestra la tomó del hombro para que caminara adelante con el grupo. Justo en ese momento escuché el click cuando le tomaron una fotografía instantánea.

Abrió sus ojos, caminó imponente y con una mirada cautivante incluso a su edad.

En verdad se creía su disfraz.

Me puedo imaginar esa sensación de ser la mujer maravilla. Poderosa, maravillosa, hermosa, sin límites, salvadora y con el outfit chingón.

Hay un libro que leí hace tiempo de Aldous Huxley, se llama “A Brave new world”. Donde todos los seres humanos son creados por castas. Cada una de ellas para fines y objetivos sociales, con una profesión preestablecida para mantener el sistema funcionando. Para lograr orden social y equilibrio.

Médicos, ingenieros, obreros. Todo tipo de profesiones necesarias para cumplor con un rol social. Ahí no existían seres humanos nacidos de la forma que para nosotros es convencional; por medio de un padre y madre. Los crearon por medio de cultivos humanos con todo lo necesario para el papel que los requerían.

Nadie ahí pensaba algo fuera de lo que se le impuso o para lo cual fue creado. Si salía de ese molde o comenzaba a tener pensamientos distintos, era que algo andaba mal. Para ello, todos los días se tomaban una pastilla llamada soma, para mantenerlos estables emocionalmente y siempre “felices” funcionando en el engranaje social.

Esa novela futurista, publicada en 1932, como una distopía, sigue siendo futurista. Y cada vez mas cerca de la realidad, en muchos sentidos.

Sin ser creados por cultivo o por tecnología reproductiva, de cierta forma estamos predeterminados en nuestros caminos profesionales. En algunos estudios leí que los genes influyen 60% en nuestra personalidad y el otro 40% de lo aprendido en la crianza o entorno.

Es difícil reconocer en algún punto qué es autentico deseo nuestro en lo que hacemos, y qué no. Hasta el despertar. Me refiero al despertar intelectual y de conciencia.

Si nuestros papás antes de concebirnos nos soñaron de cierta forma y visualizaron nuestros futuros de alguna manera ¡agárrense! porque esos parecerán nuestros sueños desde pequeños, aunque sean suyos, no nuestros. Incluso el entorno donde crecimos tendrá influencia, eso sin contar la carga genética.

Cuando nos preguntan ¿Quién eres? Generalmente respondemos a qué nos dedicamos. ¿Lo has pensado?

¿Realmente sabes quién eres tú?

Aquella niña del disfraz de mujer maravilla se volvió directora corporativa en algún momento. Con estudios relacionados con el poder. Una increíble directora recién egresada. Jóven, atractiva, inteligente, maravillosa, que parecía no tener límites para crecer. Y, con outfits chingones.

Nunca fué suficiente. Después emprendedora, luego pequeña empresaria. Trabajando en la creación de una empresa y luego otra. Con batallas ganadas y otras perdidas en las que luego resurgía como ave fénix. Pues no era aceptable perder.

La mujer maravilla no pierde.

A la niña nunca le preguntaron ¿Quién eres? su disfraz hablaba por sí sólo.

No somos sólo lo que nos dijeron, si no lo que interpretamos de lo que nos dijeron y lo que pensamos que recibiríamos a cambio de serlo.

La historia no termina aquí. La historia comienza cuando se hicieron las preguntas…

¿Sabes quién eres? ¿Es realmente lo que quieres ser?

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