Yo sólo te escuché hablar de él hace años, Estela. Fue tu novio en la época en que nos conocimos, es lo unico que sé de él. -Decía Lara mientras Estela seguía buscando fotos en su celular donde ellos aparecieran juntos para comprobarle que si se conocieron en persona y hasta convivieron, hacía varios años atras.
No es posible que Lara no recuerde absolutamente nada sobre Xavier. Estuvimos en muchas reuniones juntos.- Pensaba Estela.
Es verdad que ellas habían perdido comunicación un par de años, pero se conocían desde la universidad. De eso hacía como 15 años y en ese tiempo acumularon incontables historias y experiencias juntas. Lara recordaba a todas las personas que le mencionaba pero a él precisamente no. Eso la tenía extrañada y por eso se obsesionó buscando evidencia.
Cuando por fin encontró varias fotos de reuniones donde aparecían ambos, se las muestra a Lara, quien las mira atentamente.
No recuerdo absolutamente nada eso. Tengo vagos recuerdos de algun momento así; donde salimos a celebrar tu cumpleaños, un día que cocinamos sushi en casa de Luciana, una reunión donde estaba el papá de mi hija cuando eramos novios. Pero no entiendo por qué no recuerdo detalles. -Le dice.
Lara se queda confundida con la información y Estela aún mas. Se le vino ala cabeza un día antes cuando una amiga le hizo una pregunta: ¿Nunca te ha dado curiosidad saber qué te vincula a él? Refiriendose a Xavier. Lo cual le hacía eco. Como cuando algo de pronto tiene sentido pero aún no descifras qué sentido.
Xavier y Estela tenían una historia de bastantes años, unos dieciseis. Cuando su amiga le hizo esa pregunta, ella no cuestionó el por qué de la misma, se limitó a responder: Hemos crecido juntos. Como si fuese una respuesta pre programada.
En ese momento recordó que no muchas personas lo reconocían.
Ellos ya habían sido novios cuando se conocieron y eran más jóvenes. Duraron algunos años y despues cada uno siguió su vida por separado. Hicieron sus carreras profesionales, tuvieron un par de parejas mas, hijos, proyectos distintos. Eventualmente volvían a tener comunicación pero sin ninguna relación mas allá, solo como algún tipo de amistad.
Un año atras Xavier y Estela comenzaron una relación formal, querían formar una familia. Cuando Estela aceptó la propuesta de Xavier, él parecía convencido de que podía funcionar, porque se conocían bien, y había amor entre ellos. En ese momento, la mayoría de las personas alrededor de ella no lo recordaron. De hecho, lo trataron como un recién llegado a su vida.
Era extraño como para ella había sido tan determinante en su vida, y para los demás, antes no existió.
¿Por qué parece que sólo existe para mi? Comenzó a resonar en Estela a partir de la conversación con Lara y la obsesiva búsqueda de las fotos probatorias.
Xavier y Estela habían terminado unos días antes de eso. Despues de todo, no funcionó. Él ya había recogido casi todas sus cosas del departamento donde vivieron juntos. Aún así, ella se determinó a encontrar indicios de aquellos tiempos cuando se conocieron. Quizá para validarse; se sentía confundida y comenzaba a pensar que se volvía loca con datos que otros no recordaban.
Como toda mujer cuando se propone encontrar algo, tal cual o mejor que agente de investigación, encontró dos cajas que aún tenía ahí.
Ella abrió primero la caja que por fuera tenía la leyenda: Momentos para Estela.
Dentro había varias fotos impresas de momentos importantes que compartieron. Con sus respectivas historias escritas por detrás; Detalles como el clima, los nombres de quienes se encontraban ahí, emociones y sentimientos descritos también en cada una.
Encontró fotos del día que se conocieron. De un viaje que hicieron a una ciudad donde se quedadon a vivir un par de meses cuando aun eran estudiantes.
Había otras de las veces que él le llevó serenatas y de cuando le regaló detalles. Del día de la graduación de ella . Los cumpleaños de ambos que celebraron juntos. La nota de celebración del primer aniversario y de otro, que celebraron en un restaurante italiano fuera de la ciudad. Una de un barco de madera preparado con sushi dentro que le regaló una vez para que ella compartiera con sus amigas. El primer collar que le obsequió con las iniciales para cada uno. Una botella con una carta dentro que él escribió. Una pintura de ellos juntos que el mandó a hacer con un artista contemporáneo. Fotos de ella sonriendo mientras él le cantaba. Y así; fueron muchas…
Todas con la leyenda y descripción atrás.
Al ver cada fotografía, ella revivía aquel instante, lo recordaba todo como si hubiese sido hace unos días. Despertaba el sentimiento de amor que sentía en cada uno de esos momentos. La ternura, el entusiasmo, las ilusiones que vivió.
Se cuestionó por qué habían cambiado tanto las cosas y por qué él dejó de ser ese hombre amoroso, alegre y detallista de aquellos tiempos. Aún con los años que pasaron pensaba que ese chico seguía ahí en el fondo. Se volvió un hombre distante y frío, con el cual era muy dificil comunicarse y la frustraba.
Dejó de existir esa versión de él; ya no podía encontrarlo. Fué uno de los motivos de su separación. Lo veía como un hombre oscuro, apagado. Como un zombie funcionando por instinto. Salvaje. En un mundo privado, donde nada, ni nadie importaba.
Sintió tristeza y melancolía viendo lo que fué y ya no es.
Un tintineo que sólo escuchaba en un oído la despertó de su ensimismamiento. Enseguida se convirtió en un zumbido que parecía que su oído se desinflaba.
Lo frotó un poco mientras se reía por el despertar tan abrupto. Aunque le quedó ensordecido. Volteó hacia atras para seguir buscando entre las cajas lo que la llevó hasta allí. Sin darse cuenta tumbó una de ellas que rodó por el piso pero no se abrió y nada se tiró, se escuchaba un poco vacía. Así que dejó esa y alcanzó una que llamó su atención porque era muy similar a la anterior.
La abrió inmediatamente y encontró algo que la impresionó. Esa caja también contenía fotos pero algo parecía diferenciarlas a simple vista. Estela comenzó a sudar, el ambiente se tornó incómodo. Parecía haberse invadido de humedad y un olor a guardado, a clóset viejo. Aún así la mentenía ahí la curiosidad por ver esas fotos.
La primera que vio fué del día de su primera gran discusión. Luego, una del día que rompieron su relación en el pasado. Enseguida, otra de cuando ella descubrió una infidelidad. De la vez que la dejó plantada en un día especial. De su rostro triste cuando se quedó esperando un abrazo de navidad o San Valentín. Aquéllos días que no la acompaño en los momentos que mas lo necesitó. Cuando no le respondió las llamadas porque estaba con otra. Cuando el ganó su primer gran sueldo e invitó a un grupo de amigos a celebrar pero a ella la excluyó. Una vez que le dijo que debía cuidar mas su apariencia porque a él le gustaban mas delgadas y jóvenes. Y aquella otra vez que la cayó porque le dijo que estaba haciendo un drama sobre lo que sentía y que estaba cansado para escucharla.
Esa caja pesaba mas, eran demasiadas fotos. Se limpió el sudor, y las lágrimas que no había notado y estaban mojando las fotos. Puso su mano en el pecho que le dolía. Se sintió abrumada y la cerró.
Leyó por fuera la leyenda: Ocultar a Estela.
Había un par de cajas más con otros nombres de mujer. Igualmente dos por cada nombre
Comenzó a temblar, ya sentía que le hacía falta oxígeno en esa habitación.
Xavier era un coleccionista de momentos. Le saltó a su mente éste descubrimiento como si estuviese viendo por primera vez un acto de magia. Provocando un sentimiento entre asombro y tensión. Le surgió mayor curiosidad.
¿Cómo es posible que haya podido esconder de mi mis propios malos recuerdos y mantener sólo los buenos? -Se preguntaba Estela. Con algo de angustia por no comprender y temor al mismo tiempo de que alguien pudiese tener ese tipo de poder sobre otro.
Cruzó sus piernas y se dejó caer al piso sentada en cuarto de loto. Comenzó a escuchar lluvia caer y el sonido del viento soplando fuerte. Entonces se dió cuenta que ya había recuperado su oído del zumbido. Se destapó, y el ambiente se estaba tornando fresco. Ya podía respirar mejor y la aliviaba el olor a naturaleza húmeda. Ahí sentada alcanzó la caja que había rodado por el suelo.
Leyó que la cinta que tenía por fuera decía PERMISO. Adentro, había una sola foto. El día que ella le dijo: Te amo. Te amaré toda la vida. Pase lo que pase. Atesoraré siempre el mejor de los recuerdos de nosotros, para que nada nos separe.